Los beneficios de la actividad física y la importancia de la aprobación de un profesional médico.
Empezó el calor y muchos sienten que es el clima ideal para retomar la actividad física. Otros empiezan una carrera contra el calendario para tratar de “estar en forma” en el verano. No se trata únicamente de verse bien.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los adultos de cualquier edad realizar entre 2 horas y media y 5 horas de actividad física por semana. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la actividad física debe encararse de manera paulatina y siempre teniendo la aprobación de un profesional médico.
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El doctor Carlos Reguera, médico cardiólogo y Jefe del servicio de Cardiología y Medicina Preventiva en INEBA, advierte que hacer ejercicio o comenzar a practicar cualquier deporte sin saber si estamos en condiciones puede ser nocivo para la salud. “Para disminuir ese riesgo, es vital contar con un certificado de aptitud física y seguir las pautas médicas según las condiciones de cada paciente en particular”, asegura.
La evaluación para obtener un certificado de apto físico en condiciones normales solo toma 30 minutos. Los estudios se enfocan en la edad, sexo, antecedentes clínicos y actividad deportiva a desarrollar (competitiva o recreativa) de cada persona. Estos incluyen la certificación cardiovascular, que permite detectar patologías preexistentes u ocultas. De esta forma, se reduce el riesgo de muerte súbita asociado a la práctica deportiva.
“Si bien el examen cardiovascular es de suma importancia, el médico cardiólogo, en ciertos casos, no emite el apto físico definitivo. Es un eslabón más del enfoque multidisciplinario del paciente, dado que si bien una persona puede estar apta desde el punto de vista cardíaco para realizar un ejercicio, puede ser portadora de patologías no cardíacas como asma bronquial, epilepsia, etc., que pueden limitar o desaconsejar ciertos esfuerzos físicos o deportes”; aclara el especialista.
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El doctor Reguera recomienda comenzar por un análisis de laboratorio, radiografías, electrocardiograma, ergometría, ecocardiograma doppler, entre otros. El objetivo es descartar patologías que puedan desencadenar muerte súbita como una miocardiopatía hipertrófica, enfermedad coronaria, arritmias potencialmente malignas, miocarditis o pericarditis en el contexto reciente de poscovid.
De encontrar anomalías o si el paciente ya tiene antecedentes patológicos, podemos solicitar estudios de mayor complejidad (holter, resonancia cardíaca, angiografía coronaria u otros). Estos son de suma utilidad para guiar el diagnóstico, seguimiento y tratamiento del paciente (siempre enfocados en la prevención).
INEBA cuenta con un departamento especializado en Medicina Preventiva que trabaja en pos de la prevención y el diagnóstico temprano de enfermedades, aún cuando estas permanecen asintomáticas. Los controles médicos que se realizan en este departamento están pensados también para aquellos que dedican gran parte de su día a la actividad deportiva.
Fuente INEBA
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