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La Esclerosis Múltiple y la fatiga

Es uno de los síntomas más frecuentes y menos visibles

La fatiga es uno de los síntomas más frecuentes de la Esclerosis Múltiple (EM). Los pacientes suelen referirse como una sensación de cansancio extremo desproporcionado respecto a la actividad realizada. Es un síntoma que puede interferir en las diferentes actividades de la vida diaria y puede presentarse tanto al inicio como durante el transcurso de la enfermedad, variando durante el mismo día o bien de una semana a la otra.

 

“Aunque no todos los pacientes la experimentan, la fatiga puede empeorar en los días de altas temperaturas y la hay de dos tipos: primaria (directamente asociada a la EM, resultado de la desmielinización e inflamación, ya que se cree que la transmisión de la señal en las neuronas dañadas requeriría más energía; y secundaria (provocada por otras condiciones de la EM  como los trastornos del sueño, la depresión, el consumo de fármacos, etc.)”, explica la Dra. Cecilia Pita a cargo del Consultorio de Esclerosis Múltiple y enfermedades Neuro Inmunológicas de INEBA.

 

A su vez, desde el ángulo terapéutico existen diferentes estrategias para abordarla, entre las cuales se pueden mencionar

 

•           Priorizar tareas a lo largo del día (administrar la energía para las tareas conideradas más importantes)

•           Tomar un descanso, una siesta, o varias siestas breves.

•           Identificar los momentos en los que aparece para poder organizar mejor las actividades.

•           Hablar del tema con la familia, amigos, en el trabajo.

•           Llevar una dieta saludable.

•           Realizar ejercicio físico: aunque parezca contradictorio, está demostrado que la actividad física regular reduce la fatiga, además de aumentar la masa muscular, mejorar el estado de ánimo y la calidad del sueño).

•           Buscar ayuda de un terapista ocupacional: el especialista puede ayudar a identificar cuándo y por qué aparece la fatiga, así como brindar estrategias para organizar las actividades y los períodos de descanso.

•           Tomar medicación: las drogas más utilizadas son la Amantadina y el Modafinilo que siempre deben prescribirse por la/el neuróloga/o de cabecera. No en todos los pacientes son efectivas.

•           Probar terapias alternativas como meditación o  Mindfulness.


Fuente INEBA

 

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