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¿Podemos hacer dieta en invierno?

Esta pregunta tan recurrente tiene una sola respuesta y es que SI

Por la Lic. Sauter, Nutricionista de INEBA


 

“En principio debemos reemplazar la palabra ‘dieta’ por el concepto de ’plan de alimentación’. La palabra dieta nos lleva a pensar inmediatamente en algo restrictivo, de corto plazo, como si fuera una solución mágica. Y ahí es donde está la primera clave. No hay que querer ‘hacer dieta en invierno’, se debe buscar seguir un plan de alimentación que se adapte a los objetivos, gustos y posibilidades de cada persona”, explica la Lic. Florencia Sauter, Nutricionista de INEBA.

 

Ahora bien, ¿cómo logramos esta organización?

 

“Lo primero que debemos hacer es establecer los objetivos y en este punto yo sugiero diferenciar  los objetivos posibles y realizables en el día a día  de lo que es la meta final. Así logramos ir focalizando toda la energía en cumplir uno o dos objetivos por día, despacio, repitiéndonos en voz alta lo bueno que logramos ese día o en ese momento y, en voz bajita aunque no menos animadamente, lo que nos faltó lograr o no pudimos cambiar”, relata la especialista.

 

Es importante que el mensaje que llegue más fuerte y claro al cerebro sea el positivo. Y esto aplica a todos los aspectos de la vida de una persona. El negativo debe llegar también pero sin hacer mucho ruido.

 

“A modo de ejemplo, si hoy me propongo merendar tostadas de pan integral y llegada la hora no puedo resistirme a una torta o unas facturas, pero después ceno lo que había planificado, lo que debo contar primero es que hice la cena según lo que me había propuesto. Debemos sentir orgullo de haber podido lograr algo de ese plan y contárselo a mi cerebro. Esto es clave porque los pensamientos guían las acciones. Hay una frase que dice ‘repítele al cerebro más de tres veces que no puede hacer algo y lo grabará en el inconsciente para impedírtelo cada vez que lo intentes’”, enfatiza.

 

¿Cuándo empezar?

 

No importa el clima, si hace mucho frío para comer fruta o ensaladas; o mucho calor para agregar salsas a las pastas. Lo que importa es que lo propuesto en relación a su alimentación haga sentir a quien lo asume. La persona debe tener ganas de lograr el cambio y no hacerlo porque se lo indica un profesional de la nutrición o un médico. Hay días que requerirán más esfuerzos para sumar o excluir alimentos, así como para afrontar la actividad física, pero la premisa es querer hacerlo a pesar del contexto.

 

“Que mejor ejemplo de un mal contexto que el que atravesamos hoy, sin la posibilidad de salir y en aislamiento. En este momento contamos con dos opciones: o empezamos cuando todo esto pase o tomamos la decisión de empezar hoy a hacer algo por nosotros sin importar lo que pase alrededor porque las ganas son más fuertes que la situación”.

 

Plan nutricional para reforzar el sistema inmunológico en invierno

 

La alimentación equilibrada  y la actividad física regular son dos factores fundamentales para reforzar el sistema inmunológico durante la estación más fría del año y en, particularmente, en este contexto de pandemia. Es por esto que es indispensable incluir nutrientes que potencien las defensas.

 

La nutricionista Florencia Sauter propone algunas sugerencias para tenerlos en la mesa todos los días.

 

  • Entre una y dos porciones de cítricos (mandarina, naranja, pomelo, kiwi) ya que aportan alto contenido de Vitamina C


  • Un puñado de frutos secos (almendras, nueces, castañas) que aportan antioxidantes como Vitamina E y selenio 

 

  • Un plato mediano de vegetales de hoja brinda al cuerpo una sustancia llamada luteína  que es un potente antioxidante 

 

  • Dos a tres porciones de lácteos (una taza de yogur o leche, una porción de queso port salut, tres cucharadas de soperas de queso untable, un postre lácteo). Aportan Vitamina A

 

  • Un plato de vegetales de color como tomate, calabaza, zanahoria, entre otros, que tienen betacarotenos . 

 

  • Una porción de pescado de tres a cuatro veces por semana. Aporta zinc y ácidos grasos esenciales como el omega 3 

 

“En igual sentido para potenciar la microbiota o flora intestinal (que forma parte de la barrera intestinal) existen alimentos que si bien no son de consumo habitual, deberiamos incluirlos con mayor frecuencia. Estos se llaman probióticos y algunos ejemplos de ellos son el kefir (leche fermentada rica en bacterias y levaduras), el tempeh (que se obtiene a partir de la fementacion de la soja), el té de kombucha (bebida fermentada), el chucrut (repollo fermentado)”, comenta la especialista que concluye: “Por último, no debemos dejar de lado el ejercicio ya que cumple un rol fundamental tanto en la salud fisica como emocional. Tratar de alcanzar 150 minutos de actividad por semana es un ideal para quienes no estaban haciendo actividad o recién comienzan, pero cuanto más veces por semana  y más horas se pueda logar, mejor”. 


Fuente: INEBA

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