Cerebro saludable
La malnutrición afecta al cerebro; el cual si se encuentra mal nutrido desde la niñez pagara la consecuencia a lo largo del tiempo ya que no podrá resolver a mediano y largo plazo todo lo que se proponga.
Es por esto que; los primeros 1000 días de la alimentación son claves para una futura vida sana.
Es un período de rápido crecimiento y desarrollo; a medida que el cuerpo y los órganos crecen, se desarrolla el cerebro, el sistema digestivo y el sistema inmune.
Es el momento de la vida donde se alcanza la mayor velocidad de crecimiento y los nutrientes ingeridos son fundamentales para facilitar el proceso.
Si en los primeros mil días de vida los niños no tienen la nutrición adecuada, los daños en la estructura ósea y en el cerebro son irreversibles ya que el cerebro tiene el mayor crecimiento que en el resto de su vida. Desarrolla el 80 por ciento de su capacidad cognitiva y se triplica en tamaño desde su nacimiento hasta los 2 años; logrando el desarrollo final de la parte frontal hasta los 20 años.
Es importante destacar que el cerebro es un órgano activo y consume el 20 % de la energía que gasta nuestro organismo; al no tener reservas propias; obtiene la energía de la circulación sanguínea. Si bien hay una serie de tips para mantener un cerebro saludable el principal y el más importante es llevar a cabo una correcta alimentación. La alimentación en el cerebro durante el crecimiento va tener 3 pilares fundamentales:
· Fortalece los vasos sanguíneos de modo que el oxígeno y los nutrientes lleguen al cerebro correctamente
· Nutre las áreas cerebrales encargadas del lenguaje ; el aprendizaje
· Participa en el crecimiento de células neuronales
Por lo cual; una buena o mala alimentación impactara en la capacidad de desarrollo y capacidad de aprender.
Los nutrientes que no pueden faltar por su gran aporte nutricional son:
Los ácidos omega-3, que se encuentran en algunos tipos de pescados, frutas secas; aceites. Forman parte de las membranas celulares y como el cuerpo no puede sintetizarlos deben ser aportados por los alimentos.
Los antioxidantes (licopeno; Fito esteroles, resveratrol, vitamina Ay B )que se hallan en frutas secas como nueces y almendras, aceites vegetales, té verde, cacao y tomate. Previenen la acción de radicales libres.
La comida no cura; pero se ha demostrado que muchos nutrientes que componen los alimentos si trabajan en equipo son buenos para el cerebro y el todo lo relacionado a lo cognitivo.
FUENTE: Lic. Teresa Coccaro, nutricionista de INEBA.
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