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Día de la Discapacidad

El traumatismo de cráneo es la primera causa de discapacidad neurológica en adultos jóvenes

Si bien es sabido que los accidentes de tránsito son la principal causa de los traumatismos encéfalo-craneanos en el país, estos se dan también en menor medida por caídas (sobre todo en niños pequeños menores de 4 años y en adultos de más de 75) y por agresiones físicas.


Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren más de 1.2 millones de personas por accidentes automovilísticos – representando más del 2% de las muertes mundiales -  y entre 20 y 50 millones padecen traumatismos no mortales. Las personas que sobreviven, suelen en su mayoría sufrir consecuencias de tipo físico, cognitivo y conductual, por lo que los TEC son considerados la primera causa de discapacidad neurológica en adultos jóvenes.


“El Traumatismo Encéfalocraneano (TEC) es el daño cerebral causado por una fuerza externa, evidenciado por una alteración de conciencia y compromiso de las funciones cerebrales de grado variable. Provoca en el sujeto secuelas de rangos diversos de compromiso cognitivo, físico, emocional y conductual que afectan su desenvolvimiento en lo cotidiano, en lo laboral y en sus relaciones interpersonales”, explica el Dr. Fernando Cáceres, médico neurólogo y Director Médico de INEBA.


Muchas veces, como consecuencia de estos accidentes y traumatismos, las personas enfrentan una discapacidad, la cual limita su funcionalidad y pude incluir déficit, limitaciones en la actividad y restricciones en la participación.


Los traumatismos de cráneo son un tipo de lesión que permite ver la coexistencia de tres tipos de discapacidades: física, cognitiva y conductual.


Usualmente la rehabilitación suele ser motora, la cual presenta resultados rápidamente por ser la mayoría de los lesionados personas jóvenes que tienen intactos los mecanismos de neuroplasticidad y recuperan  con facilidad sus movimientos. Pero erróneamente, no se enfoca la recuperación en lo cognitivo y conductual y se espera hasta que la persona esté mejor desde lo motor para trabajar en otros aspectos. Es decir, la persona recupera su movilidad pero no su capacidad de trabajar, estudiar, relacionarse o enfrentar responsabilidades.


“Solemos recibir tardíamente pacientes que han sufrido estos traumatismos, incluso luego de años, y que nunca han sido evaluados desde el punto de vista cognitivo y/o psiquiátrico. Cuanto más tarde se inicia esta recuperación, menos resultados generan porque los mecanismos de neuroplasticidad cerebral se agotan con el paso del tiempo. Una neuro-rehabilitación integral como la que ofrecemos en INEBA exige un abordaje inmediato, conjunto y simultáneo de las tres discapacidades mencionadas, para una correcta recuperación del paciente y su posterior reinserción social y laboral”, enfatiza Cáceres.


Entre las funciones cognitivas que pueden verse afectadas por los traumatismos encéfalocraneanos se encuentran la memoria, el lenguaje, la atención, las funciones ejecutivas, la viso-construcción, el reconocimiento y la ejecución de actos con un determinado fin (praxias).


En lo que refiere a trastornos cognitivos, el paciente puede tener dificultades en focalizar su atención y concentrarse, al procesar información (velocidad y eficiencia), en la memoria y el aprendizaje, en el razonamiento abstracto y en funciones ejecutivas como resolución de problemas, planificación, secuenciación, cambios alternantes, etc.


“De no abordar estos tres aspectos en simultáneo se logra bajar la mortalidad, recuperando la vida del paciente, pero se aumenta la morbilidad en términos de número y severidad de secuelas, lo que genera consecuencias devastadoras en la vida de la persona y su entorno ya que se pierde independencia, participación y actividad, y se disminuye la calidad de vida”, concluye Cáceres.


Fuente: INEBA

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