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Síndrome de Ménière

Un trastorno que genera pérdida de la audición y ansiedad

La Organización Mundial de la Salud asegura que hay más de 466 millones de personas con pérdida de audición discapacitante y se estima que, para 2050, que el diez por ciento de la población global sufra pérdida de la audición.


El Día Internacional de la Audición se celebra el 3 de marzo de cada año para crear conciencia sobre cómo prevenir la sordera y la pérdida de la audición y promover el cuidado de los oídos. Una de las causas del déficit auditivo es el Síndrome de Ménière, un trastorno en el oído interno que provoca episodios de vértigo y mareos, además de reducir la capacidad auditiva.


“Esta patología suele afectar un solo oído y puede manifestarse a cualquier edad, aunque suele darse al comienzo de la etapa adulta o a mediana edad, entre los 40 y 60 años. Es considerada una enfermedad crónica, aunque existen diversos tratamientos que alivian sus síntomas y reducen su impacto en la vida de quien la padece”, explica el doctor Sergio Carmona, jefe del Departamento de Neuro-otología de INEBA.


El especialista agrega: “Si bien fue descrita por Prosper Ménière en el año 1861 con los síntomas que conocemos ahora como acúfenos (zumbido en el oído afectado), disminución de la audición y episodios de vértigo que duran de minutos a horas, no sabemos exactamente qué la causa, como en el caso de muchas otras enfermedades. Lo que sí sabemos es que el oído interno retiene líquido -lo que se conoce como hydrops- y esto puede derivar en este síndrome”.


En cuanto a los síntomas y signos que pueden dar indicios al paciente de sufrir esta enfermedad, se identifican los siguientes:

● Disminución de la audición: al comienzo puede ser un síntoma que aparezca y desaparezca para luego generar una pérdida permanente.
● Vértigo: episodios que se presentan de manera espontánea por los cuales uno siente que gira, los cuales pueden durar de 20 minutos a varias horas.
● Acúfenos: sensación de escuchar silbidos o zumbidos en el oído.
● Sensación de tener el oído tapado: por presión o congestión auditiva en el órgano afectado.

Consulta y tratamiento


“Esta enfermedad es el modelo de enfermedad neuro-otológica porque afecta a la audición con secuelas que pueden ser devastadoras, produciendo vértigo en forma inesperada y, en algunos casos, caídas abruptas que pueden dañar otras partes del cuerpo del paciente”, opina Carmona en diálogo con Prensa de INEBA.


Para diagnosticar y tratar esta patología, lo que se recomienda es consultar con un neuro-otólogo, un especialista dentro del campo de la Neurología que estudia el funcionamiento normal y los trastornos del equilibrio y que tiene una comprensión profunda de la enfermedad y puede guiar al paciente por sus distintas etapas.


“Es importante destacar que hoy hay tratamientos eficaces que comienzan con pasos sencillos como son realizar una dieta con poca sal para evitar la retención de líquidos, tener una buena hidratación y tomar medicación -betahistina- en dosis adecuadas. Con esta combinación de factores se logra un control del 70 por ciento de los cuadros”, resalta Carmona. De no resultar este tratamiento, hay otras alternativas. Se pueden utilizar métodos transtimpánicos -que constan de colocar una droga en el oído a través del tímpano mediante un procedimiento simple, no lesivo, que se hace en consultorio- y que logra un control del 90 por ciento.


Solo en casos muy extremos una persona puede precisar un tratamiento quirúrgico, aunque una de las principales complicaciones que acarrea este síndrome es el trastorno de ansiedad que puede generar en el paciente, que de forma súbita sufre vértigos y caídas que impactan en su calidad y ritmo de vida. “Un diagnóstico precoz y un tratamiento eficaz previenen esta situación y le permiten a las personas que sufren esta enfermedad hacer una vida completamente normal”, concluye el neuro-otológo de INEBA.


Fuente: EL1DIGITAL

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