Por la Dra. Laura Taverna, oftalmóloga de INEBA

El brote de enfermedad por coronavirus - COVID-19 - fue notificado por primera vez en Wuhan, China, el 31 de diciembre de 2019. Se cree que su transmisión se produce mediante gotitas respiratorias producidas con la tos y el estornudo, a través del contacto con superficies contaminadas y por medio de las mucosas de los ojos, la boca o la nariz, entre otras. 

Según lo alertado por la Sociedad Argentina de Oftalmología y el Consejo Argentino de Oftalmología, entre otras sociedades; esas gotas infecciosas y los fluidos corporales pueden contaminar fácilmente el epitelio conjuntival humano, por lo que la exposición al virus sin protección ocular podría facilitar la infección y generar una consecuente enfermedad respiratoria aguda.

Por esto se recomienda, tanto al profesional como al paciente, el uso de protectores oculares de plástico transparente y para los usuarios de anteojos graduados, en particular, los lentes de plástico transparente o uso de protector facial de plástico transparente (máscaras) y uso concomitante del barbijo.

Si bien el COVID-19 es muy reciente y se encuentra en etapa de investigación, ya se conoce que puede aislarse en la lágrima y conjuntiva, y transmitirse por ambas. Por esto es aconsejable, a modo preventivo y por el tipo de manipulación que requieren, que los usuarios de lentes de contacto no las usen en estos momentos y las sustituyan, siempre que sea posible y de manera excepcional mientras dure la pandemia, por las gafas correctoras.

Fuente: INEBA