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Traumatismo de cráneo

es la primera causa de discapacidad neurológica en adultos jóvenes

La OMS advierte que cada año mueren más de 1,25 millones de personas por Traumatismos Encéfalocraneanos (TEC). Sin embargo, es posible comenzar un nuevo proyecto de vida más allá de las lesiones gracias a un tratamiento integral e interdisciplinario. La importancia de la rehabilitación.


Los accidentes de tránsito son la principal causa de traumatismos encéfalocraneanos en el país, aunque estas lesiones también se dan en menor medida por caídas (sobre todo en niños pequeños menores de 4 años y en adultos de más de 75) y por agresiones físicas.

Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren más de 1,2 millones de personas por accidentes automovilísticos – más del 2% de las muertes mundiales – y entre 20 y 50 millones padecen traumatismos no mortales. En Argentina, las muertes por estos accidentes se cobran la vida de unas 10.000 personas.


Las personas que sobreviven suelen, en su mayoría, sufrir consecuencias de tipo físico, cognitivo y conductual. "Provoca en el sujeto secuelas de rangos diversos de compromiso cognitivo, físico, emocional y conductual que afectan su desenvolvimiento en lo cotidiano, en lo laboral y en sus relaciones interpersonales", explicó el doctor Fernando Cáceres, médico neurólogo y Director General de INEBA.


Entre las funciones cognitivas que pueden verse afectadas se encuentran la memoria, el lenguaje, la atención, las funciones ejecutivas, la viso-construcción, el reconocimiento y la ejecución de actos con un fin determinado (Getty Images)

Según Alicia Lischinsky, directora médica de INECO y directora del Departamento de Neuropsiquiatría de la institución:

"El traumatismo de cráneo (TEC) es el daño cerebral que ocurre en forma súbita a causa de un golpe en la cabeza o por un elemento que la atraviese, así como también por una fuerte sacudida que hace que la cabeza y el cerebro se muevan rápida y repentinamente de adelante hacia atrás".


Un impacto que afecta todas nuestras funciones. ¿Por qué?


El traumatismo cráneoencefálico se clasifica en leve, moderado o severo dependiendo del nivel de conciencia objetivado a través de la escala de coma de Glasgow valorada durante la evaluación inicial de la víctima (iStock)

Cuando ocurre una lesión se pueden ver afectadas desde las funciones intelectuales superiores hasta aquellas elementales como comer, tragar, caminar, moverse y hasta la forma de sentir y de actuar.


Entre las funciones cognitivas que pueden verse afectadas se encuentran la memoria, el lenguaje, la atención, las funciones ejecutivas, la viso-construcción, el reconocimiento y la ejecución de actos con un fin determinado.


En lo que refiere a trastornos cognitivos, el paciente puede tener dificultades en focalizar su atención y concentrarse, al procesar información, en la memoria y el aprendizaje, en el razonamiento abstracto y en funciones ejecutivas como resolución de problemas, planificación, secuenciación, cambios alternantes, entre otros.


La importancia de la neuro-rehabilitación, un tratamiento interdisciplinario


A través de la rehabilitación motora la persona recupera su movilidad pero no su capacidad de trabajar, estudiar, relacionarse o enfrentar responsabilidades (iStock)

Comenzar un nuevo proyecto de vida más allá de las lesiones es posible gracias al tratamiento integral e interdisciplinario del traumatismo de cráneo.

Usualmente, la rehabilitación motora demuestra resultados rápidamente en lesionados jóvenes que recuperan con facilidad sus movimientos. Sin embargo, erróneamente no se enfoca la recuperación en lo cognitivo y conductual y se espera hasta que la persona esté mejor desde lo motor para trabajar en otros aspectos.


"Cuanto más tarde se inicia esta recuperación, menos resultados generan porque los mecanismos de neuroplasticidad cerebral se agotan con el paso del tiempo", advirtió Cáceres.


Es indispensable una evaluación clínica, cognitiva y conductual completa para realizar un diagnóstico específico y diseñar un programa de rehabilitación interdisciplinaria.

Una neurorehabilitación integral exige un abordaje inmediato, conjunto y simultáneo de las tres discapacidades mencionadas, para una correcta recuperación del paciente y su posterior reinserción social y laboral.

"Luego de un TEC es indispensable una evaluación clínica, cognitiva y conductual completa para realizar un diagnóstico específico y diseñar un programa de rehabilitación interdisciplinaria", advirtió la especialista.

Por ejemplo, si se presentan trastornos del sueño y del ánimo intervendrá la neuropsiquiatría donde se tratarán las dificultades cognitivas como los déficits en la memoria, en la atención, en la capacidad para planificar y en el control emocional.


Si se registran dificultades en actividades cotidianas como el trabajo o el estudio, un terapeuta ocupacional se encargará de generar espacios de entrenamiento individual o grupal para trabajar sobre cada una de estas áreas. "Desde la psicoterapia cognitiva se busca acompañar al paciente desde el punto de vista emocional durante todo el proceso de rehabilitación", contó Lischinsky.

Las terapias basadas en artes como la musicoterapia, arteterapia y teatro terapia, apoyan la estimulación de la memoria, la atención, la motricidad fina y las habilidades visoespaciales y contribuyen a fortalecer la autoestima, la comunicación y las relaciones sociales del paciente involucrado (Getty Images)

Los trastornos del lenguaje, la comunicación y la deglución se tratan desde la fonoaudiología con ejercicios puntuales ante problemáticas precisas.


"Aunque parezcan muy graves, en muchos casos los déficits tienen posibilidad de recuperación. La capacidad de recuperación del cerebro no tiene límites conocidos", advirtió Lischinsky.

Entre las causas más comunes que provocan los traumatismos de cráneo, se encuentran los accidentes de tránsito relacionados con autos, motos, bicicletas y peatones. También son frecuentes al practicar deportes como el rugby, el boxeo, el esquí, el automovilismo, e incluso en el fútbol u otros deportes con menor contacto o exigencia física.

Según la experta, es fundamental desde la psicoeducación, enseñar al paciente y a su entorno qué es lo que ha pasado, cuáles son las que herramientas que pueden ayudar a continuar y hasta crear un nuevo proyecto de vida.


Cómo reconocer las señales


Muchas veces en el primer estudio no se puede determinar la lesión es por ello que no hay que minimizar cualquier evento que ocurra, pueden ser pequeños indicios de lesiones cerebrales que requieran el adecuado tratamiento y recuperación (Getty Images)

Suele haber una pérdida de conciencia y el trauma va a generar que el paciente se encuentre internado en terapia intensiva, en un estado de coma o de conciencia mínima, más allá de que responda a algunos estímulos por momentos.

Sin embargo, existen casos en los que hay que es necesario prestar mayor atención, ya que muchos niños, adolescentes y adultos que sufren algún golpe en la cabeza, y presentan algún síntoma de conmoción leve en accidentes domésticos o deportivos, frecuentemente regresan con rapidez a sus actividades cotidianas.

En estos casos de traumatismos leves es necesario el seguimiento durante las primeras 48 a 72 horas. "Es muy importante que tanto el paciente como sus familiares estén atentos a las señales: si duerme más, si por momentos se desorienta en el tiempo o lugar o desconoce un espacio o alguna persona, también los cambios en el humor o la conducta, si se encuentra más sensible o menos interesado", advirtió.


FUENTE: Infobae

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