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Lo que trae fin de año

Stress, ansiedad, excesos y carencias

Las fiestas de Navidad y Año Nuevo están instaladas en la vida social y cultural y nadie queda ajeno a ellas. La culminación de un ciclo nos altera tanto a nivel orgánico como psíquico.


En la Argentina, según cifras del Ministerio de Salud de la Nación, la mortalidad por enfermedades del corazón - que comprende las enfermedades hipertensivas, las isquémicas del corazón, la insuficiencia cardíaca y las restantes patologías cardíacas - provoca la muerte de  una persona cada siete minutos.


Durante las últimas semanas del año se disparan de forma considerable los casos de hipertensión arterial, el aumento del colesterol y la obesidad, aumentando la cantidad de eventos cardiovasculares, consecuencia de la conjunción de algunos factores comopostergación y/o demora en la consulta médica, olvidos en la toma de la medicación habitual, excesos en la alimentación y aspectos emocionales.


Las largas semanas de comidas copiosas no tardan en pasar factura sobre todo para aquellas personas susceptibles como son los pacientes con factores de riesgo o con enfermedades cardiovasculares; sino también para quienes postergan el cuidado de su salud  para “después de las Fiestas”.

 

“Además del cansancio físico, a nivel psicológico en esta época del año entran en escena las emociones.  La llegada de fin de año es percibida por muchos como un cierre de ciclo y una evaluación de las metas alcanzadas y de aquellas que no se lograron. Es en función de estos balances el grado de satisfacción o frustración que experimentamos, aumentando, en algunos casos, nuestros niveles de stress y de ansiedad”, comenta el Dr. Hernán Provera, médico cardiólogo y Jefe del Departamento de Riesgo Cardiovascular de INEBA.


Pero la realidad es que el espíritu festivo nos toca a todos de una manera diferente. A muchos Navidad y Año Nuevo le generan una gran alegría y entusiasmo aunque para otros es motivo de nostalgia y depresión.


En relación a esto, el Dr. Horacio Vommaro, Director de Psiquiatría y Salud Mental de INEBA, explica: “Las Fiestas son vivenciadas de manera diferente por cada familia y por cada uno de sus integrantes. Pueden surgir reacciones diversas y las consultas más frecuentes en estas fechas en el ámbito de la salud mental tienen que ver con alteraciones somáticas, fatiga, tristeza, ansiedad y trastornos del sueño. La mayoría de las consultas en esta época se polarizan en situaciones de excesos o carencia”.

“Debemos respetar los sentimientos de cada uno, dado que los mismos son de carácter circunstancial y de índole personal. No hay mejor manera de celebrar que tratar de gozar de la compañía de aquellos seres queridos; tratando en lo posible de  reducir este vertiginoso ritmo de vida que llevamos muchos de nosotros y aprovechar esta oportunidad para tomarnos un tiempo para el relax y el disfrute”, complementa Provera.


Por su parte, Vommaro sostiene que “se actualizan patologías de desamparo y desvalimiento fundamentalmente cuando el trauma fue provocado en el seno familiar En muchas de estas situaciones la familia no puede ser continente, más si ha sido parte, y entonces se trata de ayudar a encontrar una respuesta que sirva de soporte y que contribuya a generar una red vincular reparadora”.


Son dos semanas en las que nos permitimos casi todo: comer y beber más de la cuenta, evitar el gimnasio y dormir menos de lo habitual. La parte menos positiva es que ninguna de esas rutinas es aliada de la salud. Por eso, aunque se hagan algunas excepciones, lo recomendable es no olvidarse de cuidarse procurando seguir una serie de sencillas pautas.


Desde lo orgánico:


·         Disfrutar de las comidas con moderación

·         Continuar con el uso habitual de la medicación

·         Controlar el consumo de azúcares

·         Moderar el consumo de alcohol

·         Usar menos sal

·         No fumar

·         Hacer ejercicio

·         Procurar dormir bien

·         Estar atento a las expresiones del cuerpo (síntomas)


Desde lo mental:


·         No caer en los excesos o en los sentimientos de carencia

·         No dejarnos llevar por la lógica del consumo que rige la época

·         Evitar caer en el dilema de con quién pasar las Fiestas y los conflictos que estas decisiones acarrean


Una clave común tanto a la salud del corazón como a la del cerebro es no excederse, en ningún aspecto. Cuerpo y mente lo agradecerán. 



Fuente: INEBA

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