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Día Mundial de la Enfermedad de Alzheimer

Estudios revelan avances en el diagnóstico temprano de la Enfermedad Alzheimer

La Enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva y es la principal causa de demencia en el mundo. En la actualidad, cerca de 47 millones de personas la padecen y se proyecta que tendrá un efecto desbastador alcanzando a 131 millones de habitantes para 2050.


Los costos que esta enfermedad implican para las familias y la salud pública son muy altos por lo cual la prevención, el retraso en el comienzo de los síntomas, el enlentecimiento de la progresión y el desarrollo de terapéuticas farmacológicas para el tratamiento de los síntomas cognitivos y conductuales es el principal desafío de hoy para la comunidad científica.


“En este año tan difícil que estamos atravesando como consecuencia de la pandemia por COVID-19, no todo son malas noticias. A pesar de que muchas de las investigaciones han visto afectado su desarrollo,  recientemente se han publicado trabajos que nos brindan grandes esperanzas para lograr los objetivos necesarios: prevenir la enfermedad, retrasar  el inicio de sus síntomas,  realizar diagnósticos tempranos y contar con  medicaciones específicas que logren frenar su avance”, explica la Dra. Verónica Somale, neuróloga a cargo del área de Neurociencias Cognitivas en INEBA.


Los síntomas más comunes que se expresan al comienzo de la enfermedad de Alzheimer son las  dificultades cognitivas tales como no recordar eventos vividos recientemente, hacer preguntas repetitivas, tener dificultad para encontrar palabras de uso común, guardar objetos en lugares equivocados, desorientarse en lugares conocidos, así como también experimentar cambios en la conducta tales como depresión, falta de motivación para hacer actividades o ansiedad, entre otros.  


“Si bien es frecuente que estos síntomas se presenten luego de los 65 años de edad, se sabe que el depósito de proteínas anormales que produce la muerte de las neuronas comienza unos 25 años antes”, comenta la especialista.


Hasta el momento se puede detectar con estudios de imágenes  (PET- PIB o PET-FDG) el depósito de estas proteínas y dosarlas  en el líquido cefalorraquídeo a través de una punción lumbar. Estos estudios son costosos, invasivos y no son accesibles a toda la población. Pero una excelente noticia recientemente comunicada en uno de los congresos mundiales más importantes sobre el tema que se desarrolló de manera virtual en julio pasado es que se ha logrado dosar una variedad de esa proteína TAU en sangre y que es muy específica como biomarcador de la Enfermedad de Alzheimer.


“De esta  manera será mucho más simple, económico y estará al alcance de muchas más personas. Esto permitirá el diagnostico en etapas presintomáticas permitiendo a los profesionales administrar medicaciones más específicas para detener el curso de esta enfermedad”, enfatiza Somale.


En relación al tratamiento para esta patología, hoy hay en el mercado fármacos que han demostrado que enlentecen el desarrollo de los síntomas pero no pueden curarla. “En este aspecto también hay buenas noticias. Uno de los muchos fármacos que se están desarrollando ha seguido el curso de la investigación y se encuentra en proceso de evaluación por parte de la  FDA (Food and Drugs Administration) para su aprobación. Si bien no se conoce cuándo estará disponible, en caso de que sea aprobado establece un hito muy importante y esperanzador para el tratamiento”, agrega la neuróloga.


A pesar de todos estos avances y de que la edad es uno de los mayores factores de riesgo para el desarrollo de demencia, siendo esto algo no controlable; el estilo de vida y los cuidados de los factores de riesgo vasculares siguen siendo los principales protectores para evitar el avance de estas patologías.


“Varios estudios han demostrado que, dependiendo el país, se puede modificar hasta el 40 % de los factores que aumentan el riesgo de demencia y de ahí la importancia del control de la presión arterial, el colesterol y la diabetes para la prevención”, dice Somale.


Estudios recientes han  asociado a mayor riesgo de padecer demencia otros factores  tales como los antecedentes de traumatismo de cráneo, la contaminación, el consumo de alcohol y el sobrepeso. Mantener una nutrición saludable es de suma importancia no solo para mantener un peso adecuado sino, también, para incorporar los nutrientes necesarios para mantener el bienestar del corazón y el cerebro.

 

El impacto del Coronavirus en pacientes con Alzheimer


“Durante la pandemia todas las personas de todas las edades estamos atravesando dificultades importantes pero los adultos mayores con demencia  están sufriendo aún más. Según estadísticas reportadas en Estados Unidos, desde marzo se han producido 52 % más de fallecimientos que los esperados en personas con demencia. A su vez, un 25 % de las personas fallecidas por COVID-19 tenían demencia, el 79 % de los cuidadores de residencias geriátricas manifestaron haber notado un deterioro en la salud de sus pacientes con demencia por la falta de contacto con sus familiares, además de que gran parte de los paciente expresaron sentirse tristes o preocupados por no ver a sus amigos o familiares”, relata la neuróloga de INEBA.


A los fines de continuar con los controles de los pacientes con deterioro cognitivo o demencia en todas sus fases (diagnóstica, seguimiento y rehabilitación) surgió la necesidad de la telemedicina, que se refiere al uso de la tecnología para mantener un contacto virtual entre el paciente, el cuidador  y el equipo de salud.


Para lograr esto se debieron sortear muchas barreras entre los pacientes y el equipo de salud: el acceso a la tecnología, el conocimiento del uso de los diferentes dispositivos, la falta de conectividad, etc.


“En INEBA muchas de estas dificultades las sorteamos proveyendo recursos para mejorar el conocimiento tecnológico involucrando a los familiares y cuidadores, además de educando a los pacientes y a sus familias a prepararse para entrevistas virtuales. Por nuestra parte, los profesionales debimos aprender cómo hacer más efectiva esta comunicación por lo que  sumamos la participación de alumnos de la escuela ORT a nuestros equipos. Ellos ya tenían experiencia en la transmisión de sus conocimientos digitales a adultos mayores y les enseñaron el uso de las herramientas tecnológicas, además de apoyarlos para lograr la conexión deseada con el profesional de la salud, a fin de poder mantener sus controles y la rehabilitación cognitiva, aun en momentos de pandemia y aislamiento social”, concluye Somale.


Funte: INEBA

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