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Estimulación cerebral profunda en Parkinson

Por qué es una alternativa para pacientes que no logran controlar esta patología

La enfermedad afecta a más de 5 millones de personas en el mundo y la OMS calcula que la cifra se duplicará para 2030. La campaña #UniteForParkinsons lanzada con motivo del día mundial busca generar conciencia y brindar visibilidad, orientación y esperanza a las personas que viven con esta condición.

La enfermedad de Parkinson afecta a más de 5 millones de personas en el mundo

La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en el mundo. Afecta a más de 5 millones de personas en todo el mundo y según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el número total de pacientes se duplicará para el año 2030.


En la Argentina, actualmente la padecen entre el 1 y 1,5% de la población de adultos mayores y afecta entre 1,2 a 1,5 hombres por cada mujer.

Y si bien el temblor suele ser su manifestación más conocida, esta afecta sólo al 65% de los pacientes.


Los síntomas del Parkinson comprenden los de tipo motor, tales como lentitud, mayor esfuerzo para mover las extremidades y dificultad para caminar. Así como síntomas no motores, como trastornos del sueño, dolor de articulaciones o espalda, estreñimiento, pérdida del olfato, depresión, ansiedad y problemas urinarios, entre otros. Usualmente los síntomas no motores se presentan varios años antes de los primeros síntomas motores, además de que no todos los pacientes los presentan.


La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en el mundo


La diversidad de síntomas, junto con una falta de información entre la población general, hacen que el diagnóstico de la enfermedad se retrase y consecuentemente se dificulte el acceso a un tratamiento temprano, lo cual termina limitando prematuramente la calidad de vida.

Si bien no existe una cura para la enfermedad de Parkinson, hay terapias físicas, opciones farmacológicas y, más adelante quirúrgicas, que ayudan a controlar eficazmente los síntomas durante muchos años, lo que permite a los pacientes mejorar su calidad de vida.

Usualmente los síntomas no motores se presentan varios años antes de los primeros síntomas motores

De acuerdo con el médico neurocirujano Fabián Piedimonte, director de la Fundación CENIT para la Investigación en Neurociencias, "la expectativa de vida promedio de una persona con enfermedad de Parkinson, no difiere sustancialmente de la de las personas que no la padecen, motivo por el cual es necesario contar con alternativas de tratamiento adecuadas para las diferentes etapas de la enfermedad, inclusive en los casos avanzados cuando los pacientes ya no responden correctamente a los medicamentos".


Las alternativas de tratamiento

Recientemente el Comité de Medicina Basada en la Evidencia de la Sociedad Internacional de Enfermedad de Parkinson y Movimientos Anormales (MDS) publicó una revisión actualizada de los tratamientos disponibles para mejorar los síntomas motores (temblor, rigidez, bradicinesia) de la enfermedad.


"Si bien en este aspecto los expertos concluimos que a la fecha sólo se dispone de evidencia insuficiente respecto de drogas que puedan prevenir o retrasar la progresión del Parkinson, sí podemos destacar que los medicamentos actualmente disponibles resultan eficaces y de aplicación clínica para controlar los síntomas, señalando que algunos tratamientos invasivos como la estimulación subtalámica profunda continúa siendo una terapia experimental", consideró explica la jefa del Departamento de Enfermedades de Parkinson y Trastornos del Movimiento del Instituto de Neurociencias de Buenos Aires (Ineba), Emilia Gatto.


El temblor suele ser la manifestación más conocida del Parkinson, sin embargo, afecta sólo al 65% de los pacientes


Por su parte, el médico neurólogo José Luis Etcheverry, especializado en movimientos anormales, destacó: "Respecto de los trastornos de la marcha y el equilibrio que genera esta enfermedad, por el momento no contamos con evidencia suficiente como para indicar un medicamento específico. Sin embargo, varios fármacos contribuyen a mejorar estos síntomas conjuntamente con la neuro-rehabilitación".

Los especialistas relatan que en aquellos pacientes en etapas más avanzadas hoy la medicina cuenta con numerosos fármacos e incluso estimulación cerebral profunda -con diferente grado de evidencia- que permiten retrasar y mejorar las fluctuaciones motoras que acontecen en esta afección.


No obstante ello, nuevas terapias continúan explorándose. En este sentido se pueden destacar la posibilidad de nuevas formulaciones y formas de liberación de levodopa (formulaciones de liberación extendida, transdermica, inhalada, intra-jejunal, etc). Otras estrategias incluyen fármacos que disminuyan la degradación de la dopamina por bloqueo de las enzimas que la degradan (inhibidores de COMT e I-MAO B) y otras nuevas drogas se encuentran en ensayo (formulaciones diferentes de apomorfina, prodrogas).


La expectativa de vida promedio de una persona con enfermedad de Parkinson no difiere sustancialmente de quienes no la padecen.

"También se están produciendo avances interesantes en las llamadas terapias génicas que intentan -mediante vectores virales- proveer de genes que puedan reemplazar a aquellos afectados o cuya función se encuentre afectada", agregó Gatto.


Otro aspecto a considerar es el mayor interés en cubrir no sólo los síntomas motores de la enfermedad, sino también aquellos otros aspectos llamados no motores que impactan significativamente en la calidad de vida de los pacientes: síntomas como depresión, ortostatismo (caída de la presión arterial sanguínea), constipación, salivación, pesadillas, alucinaciones, somnolencia e insomnio, entre otros.

La terapia de estimulación cerebral profunda como alternativa

La terapia de estimulación cerebral bloquea las señales que causan los síntomas motores.

Para los pacientes en quienes la enfermedad fue confirmada y respondieron a la levodopa (una de las medicaciones pilares en el tratamiento de la enfermedad), pero que presentan deterioro progresivo, existe una terapia denominada estimulación cerebral profunda, que consiste en un dispositivo implantado en el cerebro a través de un procedimiento quirúrgico para tratar el temblor, la rigidez, el movimiento lento y los problemas para caminar.


"Es el procedimiento quirúrgico de elección con el fin de controlar los síntomas en los pacientes que no responden al tratamiento farmacológico o que desarrollaron efectos indeseados al mismo. En los pacientes correctamente seleccionados y adecuadamente intervenidos, esta estrategia terapéutica se traduce en períodos prolongados sin síntomas motores, en la reducción de la cantidad de medicación requerida y en la posibilidad de llevar a cabo las tareas de la vida cotidiana, lo que implica una mayor autoestima, independencia y calidad de vida", puntualizó Piedimonte.


La estimulación cerebral profunda consiste en la implantación de un dispositivo en el cerebro para tratar el temblor, la rigidez, el movimiento lento y los problemas para caminar


El objetivo de esta terapia es bloquear las señales que causan los síntomas motores incapacitantes de la enfermedad de Parkinson, mediante impulsos eléctricos. Esto se logra al implantar un electrodo en regiones específicas del cerebro mediante cirugía de alta precisión, y conectarlo a través de una extensión a una batería llamada "neuroestimulador".


"Los pacientes deben consultar a su neurólogo especialista en trastornos del movimiento para informarse sobre todas las opciones de tratamiento disponibles para ellos, con el fin de asegurarse de elegir la opción adecuada en cada caso", finalizó el experto.


Fuente: INFOBAE

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